Brasil se encuentra en un momento crítico. La cepa originaria de allí campa a sus anchas entre los hospitales, totalmente desbordados, y la situación del coronavirus no hace que sea un país especialmente apetecible para albergar eventos como la Copa América.
La decisión del gobierno de Jair Bolsonaro de aceptar el torneo de la Conmebol ha generado mucha polémica. Senadores contrarios han pedido públicamente a jugadores de la talla de Neymar a que se nieguen a disputarla, para forzar un eventual boicot que cada día cobra más fuerza.
El último ejemplo llegó por parte de Casemiro. El centrocampista del Real Madrid y capitán de la canarinha estaba anunciado como uno de los comparecientes junto al seleccionador Tite en la rueda de prensa de este jueves previa al amistoso contra Ecuador, pero a última hora se borró. De hecho, esa comparecencia se retrasó dos horas según el horario previsto.
El motivo es que Casemiro y el resto de jugadores procedentes de ligas europeas tuvieron una reunión con la comisión técnica de la CBF, la federación brasileña. En ella expresaron sus dudas, e incluso su enfado, ante la obligación de tener que disputar el torneo en un país con 1.600 muertos y más de 80.000 contagios diarios.
La nube del boicot está en el aire, y las palabras de Tite ante los medios tampoco ayudan a despejarla. "Los jugadores tienen una opinión, se la expresaron al presidente (de la CBF, Rogerio Caboclo) y van a expresarla al público en el momento oportuno. Esto está relacionado con la ausencia de nuestro capitán, Casemiro, en esta rueda de prensa", declaró.
Brasil quedó designada como sede de la Copa América después de que Colombia y Argentina rechazasen la propuesta de la Conmebol.
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